Podemos considerar diversos criterios a la hora de clasificar las diferentes tipologías de pérdida auditiva.
- Según la localización de la lesión.
- Según el grado de pérdida auditiva.
- Según las causas.
- Según la edad del comienzo de la sordera.
Pérdida auditiva conductiva o de transmisión
Causada por un taponamiento en el conducto auditivo.
Pérdida auditiva sensorial, neurosensorial o de percepción
Son en los casos en los que las células ciliares del oído interno o los nervios que lo abastecen se encuentran dañados. Esta pérdida auditiva pueden abarcar desde pérdidas leves a profundas. A menudo afectan a la habilidad de la persona para escuchar ciertas frecuencias más que otras, de manera que escucha de forma distorsionada el sonido, aunque utilice un audífono amplificador. No obstante, en la actualidad, las grandes prestaciones tecnológicas de los audífonos digitales son capaces de amplificar solamente las frecuencias deficientes, distorsionando inversamente la onda para que la persona sorda perciba el sonido de la forma más parecida posible como sucedería con una persona oyente.
Pérdida auditiva mixta
Se refiere a aquellos casos en los que existen aspectos de pérdidas conductiva y sensoriales, de manera que existen problemas tanto en el oído externo o medio y el interno. Este tipo de pérdida también puede deberse a daños en el núcleo del sistema nervioso central, ya sea en las vías al cerebro o en el mismo cerebro. Es importante tener cuidado con todo tipo de golpes fuertes en la zona auditiva, ya que son los principales causantes de este tipo de pérdida auditiva.
Pérdida auditiva central
Autores como Valmaseda y Díaz-Estébanez (1999) hablan de esta cuarta tipología, que hace referencia sólo y exclusivamente a lesiones en los centros auditivos del cerebro
Consecuencias Sociales
Si la pérdida auditiva es especialmente aguda, puede afectar considerablemente en la forma en que la persona sorda se relaciona con su entorno humano, al encontrarse con una seria limitación en su capacidad de encontrar una vía de comunicación por el canal auditivo, es decir, con el lenguaje oral. Sin embargo, el modo en que se entienden las consecuencias de esa incapacidad puede variar considerablemente, de manera que dos perspectivas fundamentales acerca del modo de entender la hipoacusia.
El desarrollo de aparatos auditivos o audífonos tiene siglos de intentos e invenciones. Hoy en día el desarrollo de la tecnología ha permitido la integración de amplificadores de sonido tan pequeños que sin duda ofrecen importantes beneficios en la percepción auditiva y en la calidad de vida de quien padece un problema auditivo. Al mismo tiempo su tamaño pequeño los hace discretos y estéticos. La llegada de la tecnología digital a los aparatos auditivos también ha permitido importantes ventajas en cuanto a su funcionamiento pues permite que el comportamiento del amplificador sea dinámico ajustándose automáticamente a los niveles de sonido que el usuario requiere, también permite que se realice una adaptación muy precisa a la pérdida del paciente con el uso de una computadora, y finalmente ofrecen una calidad de sonido de alta fidelidad, claro y prácticamente natural.
- Los audífonos endoaurales o intraauriculares (ITE, por su sigla en inglés) caben completamente en el oído externo y son usados en los casos de pérdida de audición leve a severa. La caja, que contiene las partes del audífono, se hace de plástico duro. Los ITE pueden acomodar mecanismos técnicos agregados, como la bobina telefónica, una pequeña bobina magnética contenida dentro del audífono que mejora la transmisión de sonido durante las llamadas telefónicas. Los niños generalmente no los usan porque las carcasas necesitan ser reemplazadas de acuerdo al crecimiento del oído.
- Los audífonos retroauriculares (BTE, por su sigla en inglés) se usan detrás del oído y están conectados a un molde de oreja plástico que cabe dentro del oído externo. Las partes de éste se ponen en una caja detrás del oído. El sonido se desplaza a través del molde al interior del oído. Los BTE son usados por personas de todas las edades con pérdida de audición leve a profunda.
- Los audífonos intracanales caben en el canal del oído y están disponibles en dos tamaños. El audífono intracanal (ITC, por su sigla en inglés) está diseñado a medida para ajustarse al tamaño y a la forma del canal del oído y se usa en los casos de pérdida de audición leve a moderadamente severa. Los audífonos completamente en el canal (CIC, por su sigla en inglés) están ocultos dentro del canal del oído y se usan en casos de pérdida de audición leve a severa. Normalmente no se recomiendan a los niños.
- Los audífonos de caja que los pueden guardar en el bolsillo, se usan en personas con pérdida de audición profunda. El audífono se conecta al oído por un cable. Debido a su gran tamaño, tiene la capacidad para incorporar muchas opciones de procesamiento de señales (como la de la tele), pero se usa solamente cuando otros tipos de audífonos no se pueden usar por el tipo de pérdida auditiva.
- El implante coclear es un producto sanitario implantable activo de alta tecnología que consiste en un transductor que transforma las señales acústicas en señales eléctricas que estimulan el nervio auditivo. Estas señales son procesadas mediante las diferentes partes que forman el implante coclear, algunas de las cuales se colocan en el interior del cráneo y otras en el exterior. Para ser candidato a un implante, hay que cumplir con una serie de requisitos ineludibles:
- Padecer de sordera total o profunda con un grado de comprensión pobre y que todas las tecnologías de primer orden, como los audífonos, hayan fracasado.
- Se aplica a niños con hipoacusia grave o sordos menores de 5 años por su plasticidad neural. También se aplica a adultos con lenguaje oral funcional o que tengan memoria auditiva por haber oído antes con audífonos.
- Personas enfermas y a las que no se pueda someter a anestesia general.